Cumple un año más de existencia nuestra ciudad que a pesar de sus problemas, es y seguirá siendo nuestro hogar y el sitio de todo nuestro pasado.
Pero no por eso y por el cariño que le tengamos, debemos dejar pasar por alto la serie de anomalías que nos rodean y que hacen que el otrora "mejor vividero del mundo", se nos convirtiera de la noche a la mañana y ante nuestros ojos, como un refugio de nuestros compatriotas que amenazan con quedarse con ella.
Siempre hemos sido ciudad acogedora para el visitante y este ha encontrado en nuestra ciudad las bases necesarias para lograr un bienestar económico.
Quizás la tranquilidad de nuestras calles en todas las épocas anteriores hizo que muchos colombianos nos vieran como el refugio ideal para lograr la tranquilidad que no lograban en su tierra.
Pero fué pasando el tiempo y ya con asombro estamos encontrando que en muchos supermercados nos parece estar en otra ciudad ya que a nuestro alrededor sólo se escucha el acento del interior del país.
Debemos pensar y pronto en hacer un cambio de actitud, y unirnos para ver si todavía es posible recuperar lo perdido.
Para eso necesitamos dirigentes que velen por lo nuestro y que no cambien cuando llegados a la capital, parece que fueran tentados por las mieles del poder y olvidan todo lo dicho en época de campaña.
En el grupo de caminantes dominicales, existe el concenso de este pensamiento y de seguro saldrá alguna idea para en el futuro ponerla en práctica.
De todos modos Barranquilla es para los barranquilleros la mejor ciudad, y todo lo que de ella se desprenda es considerado como propio.
Felicitaciones a nuestra ciudad y todavía estamos a tiempo de corregir el rumbo y esperar que dentro de varios lustros podamos respirar el aire caribeño como en épocas anteriores.
Unámonos y juntos podremos darle a las posteriores generaciones el regalo de tener una Barranquilla para los Barranquilleros.
