La visita a la ciudad de amigos de antaño, sirvió para corresponder atenciones recibidas con anterioridad.
Alvaro Molina y su esposa Anaís, viven hace muchos años en Bogotá y querían aprovechar este viaje para reunirse y recordar tiempos pasados.
Con la compañía de Sonia y Ester, se pasaron unas horas agradables que lástima no se repitan más a menudo.
La foto para el recuerdo.
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