Se nos marcha ahora si la Tati para Bogotá.
El tiempo sigue pasando y los acontecimientos más todavía.
Se va a trabajar en la oficina del banco en la capital y desde ya Sonia y yo nos preparamos para su ausencia.
Afortunadamente estará cerca y se podrá visitar con frecuencia.
Sus compañeros y su jefe a los cuales estamos muy agradecidos por el trato que le dieron a nuestra hija, le hicieron una despedida para desearle buena suerte en su experiencia.
Unas fotos para el recuerdo y unos deseos inmensos de triunfos para la Tati.
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