Después de soportar con su característica personalidad una larga enfermedad que lo aquejaba pero contra la que luchó dándonos a todos muestras de gran fortaleza, nos deja el querido Tío Alberto, que para muchos de nosotros fué gran amigo y compañero.
Todos lo vamos a recordar por su gran espíritu familiar del que daba muestras cada vez que las circunstancias lo exigían.
Afortunadamente pudo gozar de una gran familia a la que llegaron nietos y bisnietos.
Paz para Alberto y que ya esté en compañía de todos los que nos han antecedido.
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