Un rato de gratificante charla siempre es reparador y más aún si es con personas que llenan de energía nuestro espíritu .
Esto siempre sucede con el Tío Pepe, que no deja de ser el símbolo familiar que siempre ha sido.
Sus recuerdos y apuntes están siempre allí y con él siempre el rato será ameno.
Junto con las atenciones de Lila pasamos unas horas como dijimos al principio, reparadoras de una nueva semana que ya casi termina.
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