Hijo, sobrino y amigos, se propusieron meses atrás participar en una carrera conocida como Iroman, que demanda un gran esfuerzo mental y físico para su feliz culminación.
Con dedicación de varios meses de disciplina y de práctica constante, lograron llegar hoy a la meta que una vez más demuestra que los deseos por difíciles que parezcan, pueden convertirse en realidad.
Enviamos a la distancia una felicitación a todos y cómo dijimos al principio vale la pena recordar la competencia en el futuro.
Felicitaciones.
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