Y también como siempre, lo encontramos muy saludable y dispuesto a recibir a los invitados.
Una excelente atención a la que estamos ya acostumbrados hizo que todos pasáramos una noche llena de recuerdos.
El tío con teléfono a bordo preguntaba por todo aquél que no llegaba y esta vez con atuendo carnavalero denotaba la alegría que lo embargaba.
Todos extrañamos la presencia de la tía Ana y de varios amigos de la vieja guardia que un poco enfermos, no lo pudieron acompañar.
Los mariachis le alegraron la noche y se espera que el próximo año nos volvamos a reunir , en el mismo sitio y a la misma hora.
Este año se tuvo la compañía de Samuel, hijo de Washington Anaya y que se encuentra en Barranquilla estudiando español por iniciativa propia.
Nos hizo recordar a Alex el hijo de Miguel Angel que desde pequeño quiso saber sobre la tierra de su padre.
Samuel participó activamente de la reunión y se integró de excelente manera.
Estos 92 de Pepe sirvieron para recordar anécdotas de tiempos pasados y de verdad bien pasados.
La tía Tere también estuvo acompañando al Tío.
Lástima que como todo, se termine y continúe la rutina.
Eso sí, estaremos atentos el año próximo,para volver al sitio.
Unas fotos para recordar en el futuro una excelente noche.
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