FIN DE UNA ILUSION

Llegó a su final la participación del equipo colombiano CÚCUTA DEPORTIVO en la Copa Libertadores de América.

A lo largo de toda esta serie de partidos la afición toda del país fue cogiendo como suyo a este equipo y todas las conversaciones de índole deportiva, giraban alrededor de un conjunto que partiendo de la nada prácticamente, estuvo a las puertas de lograr una hazaña que ya quisieran equipos continentales mucho más nombrados y con mayores pergaminos.

La historia se remonta a casi 6 años atrás cuando en el país se comenzó a implantar la subida y bajada de equipos de una categoría élite a una segunda llamada Categoría B.

El Cúcuta fue uno de los primeros en descender y sus dueños lo vendieron convirtiéndolo en una institución que no representaba nada para nadie.

Hace 2 años, el equipo subió a la categoría A y fue allí cuando empezó la transformación.

Un candidato a la alcaldía de la ciudad de donde es el conjunto, cogió su estandarte como bandera de campaña y prácticamente movió las masas, logrando además de votos, que un grupo de inversionistas de la ciudad, así como el propio municipio, compraran la ficha del equipo y empezaran la labor que hoy culmina.

Con un presupuesto bajo, lograron adquirir jugadores que habían sido desechados por los demás equipos y todo esto acompañado por la dirección de un Director Técnico que se le midió a la tarea, confiando en su éxito a base de manejo de grupo y disciplina táctica.

Este Técnico es Jorge Luis Pinto, que hoy día es el entrenador de la selección nacional.

A medida que pasaban los meses y el campeonato avanzaba, el Cúcuta, demostraba su fortaleza de grupo y se perfilaba como candidato a la victoria final.

Para no alargar el cuento, como todos esperabamos, quedó campeón y ya para esa época el país lo miraba con otros ojos.

Aquellos jugadores se valorizaron y ya los mismos que los habían desahuciado por bajo rendimiento, los trataban de comprar para que regresaran a sus equipos.

El Técnico Pinto, fue nombrado Seleccionador Nacional y el grupo esperaba su participación en la justa internacional que se avecinaba.

El trabajo de todo el año se mantuvo y se nombró un Técnico con un perfil similar al que se había marchado.

Las bases eran buenas y al correr de los partidos se notó y todos fuímos aceptando al Cúcuta como nuestro equipo.

Los partidos eran esperados por todo el mundo y a medida que avanzaba clasificando en la competencia, eran más los hinchas que se arrimaban.

Sólo se hablaba del fenómeno del Cúcuta y de todas las enseñanzas que nos estaba dando. Poca plata, un grupo humano excelente y unos Técnicos e Inversionistas que supieron manejar una institución con toda la serieda posible.

Es más; aún creyendo que en este último partido casi que considerando que era muy díficil por no decir casi que imposible, lograr una clasificación a la final en un estadio como la Bombonera de Buenos Aires, considerábamos que se había cumplido ya la labor y que todo lo que llegara era ganancia.

Gran lección nos ha dado el Cúcuta y ojalá equipos como el Junior de nuestra ciudad, cogiera ejemplo y dejara de ser sólo una distracción familiar, que cada día juega más con los intereses de una ciudad, olvidando que en tiempos anteriores cuando dicha familia no existía tuvimos mucho más protagonismo que en los tiempos actuales.

Los campeonatos siguen y la vida también, pero por lo pronto y hasta que se nos demuestre lo contrario, seguiremos siendo fanaticos del CÚCUTA DEPORTIVO.

Felicitaciones.