Son muchos los recuerdos que esta època trae a nuestras mentes y que de seguro a todos nos deja escapar una ligera sonrisa.
Al comenzar este mes, ya se esperaba la llegada del dìa de las "velitas" que desde niños acostumbrabamos a esperar con nuestros vecinos.
Ese dìa nuestra madre se levantaba màs temprano y despuès de hacer el tinto mañanero nos sacaba a la puerta a encender las velitas que se habìan comprado desde el dìa anterior.
Nuestro querido vecino, el Señor Mora no dejaba de sacar algùn juego pirotècnico de los que tanto acostumbraba a encender.
Sus hijas que eran nuestras compañeras, prendìan con nosotros las velas, y en ese son nos cogìa la salida del sol, lo que nos indicaba que tenìamos que volvernos a acostar otro rato para esperar el desayuno que nos irìan a preparar las hermanas Martha y Bertha que si mal no recuerdo eran de un municipio llamado CARRETO ,y nos acompañaron durante muchos años.
Despuès de la levantada, venìa la salida a jugar con los vecinos y ya no existìa el compromiso de ir al dìa siguiente al colegio y por eso èramos felices.
Por la tarde Miguel nos sacaba en la camioneta azul y la visita era donde nuestra abuela y quizàs donde Marita y Lorenzo, que por esa `època vivìan con Margoth, allà por la 38 que ( vuelvo y
creo), con 54 morìa en la Fàbrica de Pinturas Lumitòn, que como recordamos, se quemaba todos los años y era lo que llamabamos un "TURCOCIRCUITO".
Donde la abuela nos brindaban la mazamorra de maìz que con las hormiguitas acompañantes, tenìamos que degustar con placer, siempre seguidos por la mirada permanente de nuestra madre y su diplomàtica sonrisa, que con el paso de los años, irìamos a entender la grandeza que encerraba.
Para màs adelante seguiremos con los recuerdos y llegaremos hasta la casa de Lorenzo, que sòlo tenìa ojos para Miguel Angel y que tan buenos ratos nos hacìa pasar.
Hasta pronto.
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