Tenemos varias temporadas y quizas desde sus comienzos, de estar asistiendo a los espectáculos de carnaval de cuerpo presente o viendo por televisión toda la gama de diferentes actos que engalanan nuestra magna fiesta.
En los tres últimos, hemos participado más directamente asistiendo a los palcos que se construyen en el "cumbiódromo" que si bien no han sido la panacea al menos han servido para dar un respiro y llevar un poco de alegría a una ciudad agobiada por tantas demostraciones de desdén de parte de sus autoridades municipales.
Este carnaval comenzó bien y se esperaba que transcurriera como los anteriores.
Sin embargo tras bambalinas se fraguaba una más de las "vagabunderías" que han distinguido a nuestra ciudad a través de los tiempos.
Hemos sido tildados de "flojos" y "ayúdame a vivir" por buena parte de nuestros compatriotas.
Por lo menos tenemos equipos que podían contruir palcos de aceptación por parte de todos.
Sin embargo para alguien era mucho ,más importante una "tajada"del presupuesto del carnaval, que el bien común de la ciudad.
Organizaron de tal manera la cosa, que lograron que una firma de la ciudad de Cali, se posesionara de nuestro Carnaval.
Construyeron todos los palcos y se inventaron otros , para también hacer a un lado a los "silleteros" que tenían también su espacio en la fiesta.
No hubo forma de que las protestas de parte de la ciudadanía lograran algo y al final arranca la temporada carnestoléndica con la dirección de personal de otra ciudad del país.
No tenemos sino esta forma de protestar.
No podemos sino marginarnos de este carnaval de la Via 40.
Este año no podremos filmar la Batalla de Flores y los otros desfiles.
Pero no estamos ni estaremos de acuerdo con la decisión de darle a una firma de otra ciudad el control del espectáculo.
Nos preguntamos:
Pasaría esto en la Feria de Cali?
En la Feria de las Flores de Medellin?
En la Feria de Manizales?
Como decía un amigo:
"Son muchos los hijos desafectos de Barranquilla".
Pero esto no es lo peor. Lo peor es que no se oyen las voces de protesta en la ciudad y sólo uno que otro murmullo se levanta por estos dias.
Ojalá que al terminar las alegrías de las festividades no despertemos a la realidad y descubramos que de no parar a tiempo, terminaremos vendiendo lo poco que nos han dejado de ciudad.
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