miércoles, febrero 21, 2007

RECUERDOS









































































































Como habíamos planeado días atrás, llevamos a Miguel Angel a casa de la familia Montoya.
Previo a esta visita estuvímos un rato en la casa de la Familia Mora, nuestros vecinos de toda la vida y pedímos permiso para entrar a la casa que fué de nuestros padres y ahora está convertida en una Iglesia Evangélica.
Vayamos por partes:
Donde la familia Mora llegamos al patio que se conserva casi igual a como lo recordábamos de nuestra infancia y juventud.
Todavía sentíamos vivos los recuerdos de cuando nos asomábamos por la "paredilla", en épocas de Navidad a ver como era el sacrificio de los animales que despuès serían el plato principal de las fiestas de Año Nuevo.
Estuvimos conversando un rato en el patio y parece mentira como se vienen a la mente una cantidad de recuerdos que no por lejanos se borran de nuestra memoria.

Es real que la mente se transporta cuando visitamos lugares donde estuvimos anteriormente. También es real que a veces cuando pasamos por alguna parte, tenemos la sensaciòn de haber estado en ese sitio anteriormente.
Digo esto porque estoy seguro de que los que estábamos allí en ese instante, seguramente nos trasladamos a épocas pretéricas.
Pidiendo permiso al celador, pudimos entrar a la casa que fue nuestra y de la cual sólo queda intacto el segundo piso.
Al estar parados allí arriba comenzamos a narrar cada uno experiencias vivídas y ante el asombro del celador narramos como si lo estuviéramos viendo cosas que pasaron hace más de 35 años.
Por ejemplo distribuímos hasta las camas y Ricardo rodó las puertas del Closets que todavía están intactas dando muestras de la calidad de trabajos que hacía nuestro Tío Lorenzo del cual nos acordamos en ese momento.
Pasando al cuarto de nuestros padres nos acordamos de hasta los libros que se guardaban en la repisa del closet.
Miguel Angel, se acordó de una tubería que arregló con mi papá y que pasaba por la ventana del estar, donde siempre estuvo la televisión familiar.
Los pisos del báño están exactamente como los recordábamos y todo el segundo piso nos hizo transportarnos a nuestra infancia y a todos sus recuerdos.
Al salir de esta experiencia estuvimos seguros de haber hecho lo correcto y que con Ricardo no nos equivocamos cuando decidimos este año empezar a caminar por nuestro pasado y por todo lo que el representó en su momento.
Sólo es el comienzo y estamos seguro de que a medida que retomemos el camino, iremos encontrando sitios y cosas que nos transportarán mentalmente y nos darán momentos de alegría y tranquilidad que al ritmo en que se vive hoy día, buena falta que nos hacen.

Después llevamos al visitante donde la familia Montoya como habíamos prometido y pasamos un rato de recuerdos también.
Unas fotos de nuestra casa y de la de los Mora para dejarlas como recuerdo final ya que por el paso lógico de los años quizás en una próxima visita sólo encontraremos en el sitio los espíritus y nuestros recuerdos.
Espíritus que estamos seguros nos acompañaron en el día de ayer y que más de una risa soltaron al presenciar nuestra visita inesperada.
Hasta la próxima.

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